“–¡Oh tú, quienquiera que seas, atrevido caballero, que llegas a tocar las armas del más valeroso andante que jamás se ciñó espada!, mira lo que haces y no las toques, si no quieres dejar la vida en pago de tu atrevimiento.” – Don Quijote de la Mancha
Este debería ser un tema obvio para cualquier practicante de esgrima pero por desgracia no lo es, mucha gente que he conocido tiende a olvidar lo que representa una espada, y no hablo solo del valor simbólico del objeto que ya es bastante sino de su uso práctico. En Europa y en Asia las espadas siempre han sido un símbolo de fuerza y que cada guerrero tenía en gran estima, representaba su honor pero más que eso los mantenía con vida, muchas batallas se perdieron en el pasado por espadas en mal estado, incluso cosas que pueden parecernos insignificantes hoy en día podían haber sido una gran diferencia en el pasado, como un filo descuidado o una empuñadora floja.
Si bien es cierto que la espada ha perdido preminencia con el tiempo nunca debemos de olvidar que a diferencia de otras herramientas, su única función es la de un arma diseñada para matar un ser humano y es bastante eficiente en ese sentido, a diferencia de otras herramientas como el martillo, la lanza, el arco o el cuchillo que son herramientas diseñadas para diversas actividades que también pueden ser usadas como armas, la espada no tiene otro propósito, por lo que debería ser tratada con el respeto que se merece.
Tampoco quiero sonar exagerado pero espero que este artículo invite a la reflexión, obviamente se espera poco de todas las personas ajenas a las artes de la espada que muchas veces no ven a la espada como algo más que un juguete pero creo que los que si practicamos estas disciplinas y estamos conscientes de el daño que pueden causar seamos más responsables con las armas y el equipo que manejamos, ya que incluso una replica de madera como las que se usan en entrenamientos puede causar serios daños a un compañero o a nosotros mismos si no está en buen estado o se usa de forma incorrecta.
Algo que admiro de las escuelas tradicionales de esgrima japonesas y que rara vez llego a ver en grupos de HEMA o Stage combat es el enorme respeto que le tienen incluso a las espadas de madera (Bokken) que usan para entrenar, en diversos grupos en los que tuve el gusto de entrenar la etiqueta de conducta se extendía hasta la forma más apropiada de colocar el sable cuando no está en uso, por ejemplo la punta nunca debe tocar el suelo, contrario a la imagen típica del guerrero con la espada enterrada al suelo, esto podía dañar el filo sin olvidar que puede oxidarse por la humedad del piso, lo cual no solo afecta su apariencia sino su desempeño en combate. Y si el sable reposa en el suelo nadie puede pasar por encima pues representa una falta de respeto, lo correcto es dar toda la vuelta para poder pasar como si hubiera una persona en nuestro camino.
En Japón la espada tiene un gran significado espiritual, es usada en exorcismos y por que su creación involucra la unión de los elementos, de la tierra toman el mineral que luego es forjado gracias al fuego y es templado por el agua y el viento por lo que es visto como el trabajo de todos los espíritus (Kami) de la naturaleza. El mismo forjador de la espada tenía que obedecer ciertos rituales shintoistas de purificación antes de empezar su trabajo que se consideraba sagrado.
En Europa, la espada también tuvo gran sentido espiritual, la forma cruciforme tan popular en las espadas medievales no solo obedece a un diseño funcional sino que también fue popularizada por la iglesia católica pues representa la piedad del caballero. Y no hay que olvidar que todo caballero novel tenía que velar sus armas, una ceremonia compleja que consistía de rezar, guardar y no perder de vista sus armas durante toda la noche. Allí el caballero hacia un juramento frente a su espada de siempre respetar su código de honor. El mismo Cervantes llega a describir la importancia que tiene la ceremonia en su obra más famosa, El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
“Contó el ventero a todos cuantos estaban en la venta la locura de su huésped, la vela de las armas y la armazón de caballería que esperaba. Admiráronse de tan estraño género de locura y fuéronselo a mirar desde lejos, y vieron que, con sosegado ademán, unas veces se paseaba; otras, arrimado a su lanza, ponía los ojos en las armas, sin quitarlos por un buen espacio dellas.”
Hasta aquí dejo esta reflexión, que no se trata de volverte un Quijote moderno sino de invitarte a la reflexión y que tengas más cuidado y respeto por tu espada, el cuidado de tu espada también habla bien de ti como esgrimista pues significa que no solo conoces el valor de tu arma sino que también tienes el conocimiento para darle mantenimiento.
Academia Armata 